Esta noche a las 20:30 la selección española jugará su segundo partido, esta vez contra Honduras. Después del bache del primer encuentro, La Roja necesita ganar para devolvernos la ilusión de campeones. Dicho de otra manera: no sólo necesita vencer, sino convencer.
Pero no podemos confiarnos. Hoy más que nunca, debemos acordarnos de que ningún enemigo es pequeño. De momento, los catrachos sólo han jugado un partido y han encajado un gol, exactamente igual que nuestra selección. Es cierto que los hondureños sólo se habían clasificado para otro Mundial, hace 28 años, pero también es verdad que tienen un equipo muy digno para quedar en una buena posición dentro del grupo H. Esto es obra del colombiano Reinaldo Rueda, que prácticamente se convirtió en héroe nacional al conseguir colar a los hondureños en Sudáfrica 2010.
Su principal baza es el medio campo, con primeras espadas como Wilson Palacios o Maynor Figueroa. Su ataque y su defensa también son sólidos, aunque ahora se hayan visto algo afectados por la plaga de lesiones, que ha dejado fuera a algunos jugadores valiosos. Quizá la única grieta por la que podría colarse España es el portero titular, Noel Valladares, de rápidos reflejos pero algo lento en los tiros altos.
En cuanto a la forma de jugar de los catrachos, no son ni tan defensivos como Suiza ni tan agresivos como Chile, sino que optan por un estilo más equilibrado, que confía enormemente en el equipo. La mayor fortaleza que poseen, podríamos decir, es que han renunciado al juego individual que les caracterizaba para dedicarse a jugar en piña. Esto es, una vez más, obra del entrenador. Rueda cogió a un equipo hundido por los malos resultados y lo levantó para que le plantara cara al mundo. Y su siguiente rival somos nosotros.
Históricamente, Honduras y España han estado muy igualadas: este partido será el que decidirá hacia dónde se decanta la balanza.
Y vosotros ¿qué pensáis? ¿Creéis que ganaremos?