Si eres habitual en este deporte, durante el verano puede que te hayas encontrado en una de las dos situaciones que te planteamos: o bien te has tomado un periodo de vacaciones o bien tus horarios de entreno se han visto modificados (ya sea para aumentar tu dosis de running o para disminuirla pero hacerla más intensa). En cualquiera de los dos casos, con la vuelta a la rutina lo que sí está claro es que deberás readaptarte a ella.
Si eres de los que ha decidido tomarse un tiempo de descanso pero este no ha sido muy prolongado, seguramente no te va a costar volver a coger el ritmo de antes. Lo que es importante es no saltarse el proceso de adaptación, de modo que no recomendamos que el primer día que vuelvas a la rutina le des al cuerpo la misma intensidad que último día que saliste a correr. ¡No te olvides de calentar muy, muy bien!
Lo ideal sería que corrieras entre tres y cuatro días por semana. Pero entendemos que la vuelta al trabajo y de los niños al colegio se te complique poder salir tanto como te gustaría. Procura, no obstante, no dejar esos tres días ni los 20 minutos en cada sesión, pues te ayudará a mantenerte en forma. Una alternativa a los nuevos horarios, es volverse corredor de fin de semana, aunque es mejor si no eres exclusivo de esos dos días y encuentras otro hueco más.
Lo importante es que te adaptes lo antes posible al nuevo ritmo de vida, pero sin querer ir demasiado rápido. La constancia y la paciencia son virtudes que debes incorporar en tu día a día deportivo. Seguro que lo harás fenomenal 🙂