Ya sabemos que a los más pequeños el deporte les ayuda a formar los músculos y huesos, previene enfermedades, obesidad, estimula reflejos, potencia la coordinación, etc. Pero además el deporte en la infancia es especialmente importante para su formación emocional y el crecimiento del carácter.
El deporte les ayuda a afrontar sus límites y superarse día a día. Les demuestra de lo que son capaces.
Además practicar deportes de equipo les enseña a introducirse en la sociedad, a seguir unas normas, a superar la timidez, crea hábitos y les ayuda a ser constantes, fomenta la colaboración y el respeto entre compañeros y entradores, les enseña a ser responsables, les muestra una manera de pasarlo bien introduciéndoles en unos hábitos de vida saludable…Y también les ayuda a aumentar la capacidad de concentración en los estudios.
Y lo más importante es practicarlo en familia. Practicar una actividad deportiva con nuestros hijos estrecha la relación, nos facilita hablar con ellos y nos hará tener más cosas en común que perdurarán en el tiempo.
¿Qué más se puede pedir? 🙂