Después del atletismo y coincidiendo con el Europeo de Natación, le toca el turno a la natación, explicada brevemente para que sepas todo lo que hay que saber.
La natación no es natural en los humanos. Debemos aprenderla paso a paso, y este proceso es lo que ha dado lugar al deporte. En la antigüedad se usaba para entrenar a los guerreros, pero en la Edad Media se olvidó, ya que se creía que sumergirse en agua producía enfermedades (por eso mismo no se bañaban). Por suerte, hacia el s. XIX se empezó a considerar terapéutico, ya que es el ejercicio que más músculos del cuerpo mueve.
Al principio los libros al respecto iban destinados a evitar que la gente se ahogara, pero lentamente se fue estandarizando y derivó en competiciones. Éstas se dividen, grosso modo, en aguas abiertas y recinto cerrado. Cuando la natación tiene lugar en aguas abiertas, lo que se valora es la resistencia del nadador, mientras que en piscina se valora su velocidad.
Existen cinco modalidades básicas: crol, braza, mariposa, espalda y libre. La más popular es el crol, que suele ser la favorita de los nadadores cuando les permiten un estilo libre. Es el más rápido, ya que aumentando el hidrodinamismo. Un dato curioso es que lo inventó John Arthur Trudgen basándose en cómo nadaban los indios americanos.
La braza (que luego evolucionaría en mariposa) es un estilo mucho más lento, que imita la forma de nadar de una rana o un perro y se apoya mucho en las piernas. Solemos asociarlo más con resistencia, y fue el primer estilo en aparecer.
La mariposa es probablemente la más complicada, ya que hay que tener gran coordinación. Consiste en combinar ondulación de las piernas con una proyección con los brazos que exige mucha fuerza.
Por último, la espalda no tiene restricciones concretas, sólo pide que el nadador esté de espaldas en todo momento, exceptuando al dar la vuelta en el carril.