Medir la frecuencia cardíaca es algo que un corredor no puede pasar por alto, ya que es la manera de tener una referencia de la intensidad que uno lleva durante la carrera. Precisamente, es a partir de la frecuencia cardíaca que podrás programarte zonas de referencia, es decir, tus porcentajes de frecuencia cardíaca máxima (FCM), en cada uno de los diferentes entrenamientos que realizas. De modo que, lo primero que debes conocer es esta cifra máxima.
Para partir de algo, eso sí, general, la FCM en hombres es de 220 menos su edad y la de mujeres de 226 menos su edad también. Por ejemplo, si un hombre tiene 30 años, su FCM será de 190, ya que 220 – 30 es igual a 190.
Para conocer la intensidad de los entrenamientos todavía nos queda un paso. Debemos conocer nuestra frecuencia cardíaca en reposo. Lo ideal para saberla, es tomarnos el pulso por la mañana, antes de levantarnos. Una vez hecho esto hay que restar la frecuencia en reposo con la FCM.
Supongamos que este hombre que hemos puesto de ejemplo tiene una frecuencia en reposo de 60. La operación sería la siguiente: 190 de FCM menos 60 es igual a 130 pulsaciones de frecuencia cardíaca de reserva (FCR) o, lo que es lo mismo.
Ahora sí, para saber nuestra intensidad o bien para conocer el porcentaje al que se desea entrenar, primero tenemos que marcar el ritmo al que queremos ir, por ejemplo al 50%. Multiplicamos la FCM, en el caso del ejemplo, 130, y lo multiplicamos por 50. Esto da 65, resultado al que se le ha de sumar la frecuencia de reposo, que hemos dicho que era de 60. En total, 125.
¿Qué significa esto? Que el hombre que hemos estado poniendo de ejemplo debería de correr a 125 pulsaciones por minuto (ppm) para ir al 50% de ritmo cardíaco. Es cuestión de práctica, no es difícil. Pero no lo dejes, es más importante de lo que en puede parece de buenas a primeras.
Este método que os hemos propuesto para medir la intensidad de nuestros entrenamientos se llama test de Karnoven, del que te facilitamos una tabla de intensidades debajo. Pero ¡no es el único método! En otra ocasión te hablaremos de otro o, si tú quieres hacerlo, ¡adelante!