Algo fundamental en este deporte es la velocidad. Son carreras de coches, así que tiene cierta lógica. Los monoplazas de los pilotos suelen alcanzar velocidades superiores a los 300 km/h. Por este motivo la aerodinámica en la Fórmula 1 es una parte importantísima, que persigue principalmente dos funciones: conseguir una buena penetración del vehículo en el aire, por un lado, y conseguir que el coche se pegue al máximo al suelo, por el otro. El correcto equilibrio entre ambas determinará la competitividad del monoplaza del piloto.
Los principales elementos aerodinámicos de los coches de Fórmula 1 son: las llantas, las alas, los vanes o bodywork y la suspensión. Las ruedas de los monoplazas suelen ser la antítesis de la aerodinámica porque son ruedas expuestas al aire y con poca resistencia.
Podíamos decir que los alerones son casi, casi la pieza más importante relacionada con la aerodinámica de un vehículo. Estos generan alrededor de un 65% de la fuerza hacia el suelo del coche. El alerón delantero carga con el 33% de la fuerza total del coche y evitan, en cierta manera, la turbulencia generada en las llantas delanteras. El alerón trasero, carca con la otra mitad de la fuerza.
La forma de los vanes depende del efecto que se quiera producir en las llantas trasera, aunque, en general, su función es minimizar la resistencia en el avance del monoplaza.
No obstante, hay que tener en cuenta que la mucha o poca carga aerodinámica del coche de Fórmula 1 depende de la geometría del circuito, para favorecer que el monoplaza se pegue mucho al suelo (mucha carga) o para conseguir una mayor velocidad punta en las rectas (poca carga).