Samaranch vivió el deporte desde todos los ángulos: empezó como periodista, luchando por la neutralidad deportiva, y luego fue jugador de la Selección Española de Hockey sobre Patines, de la que luego sería seleccionador. También estuvo en distintos organismos deportivos, entre ellos el Comité Olímpico Internacional, del que fue nombrado presidente en 1980.
Por aquel entonces, los Juegos Olímpicos no resultaban rentables a las ciudades candidatas, y se veían perjudicados por el boicot político. Samaranch consiguió devolverles el esplendor convirtiéndolos en un terreno neutral, de sana competición y disfrute del deporte, al margen de las tensiones políticas. Gracias a él aumentó la participación y las ciudades empezaron a disputarse el papel de anfitrionas de los Juegos Olímpicos. Cuando dejó el COI, en 2001, fue nombrado Presidente de Honor Vitalicio, en reconocimiento a su trabajo.
Pero no sólo ayudó al deporte internacional: también le dio un gran impulso al deporte español, al apoyar y conseguir la candidatura de Barcelona en 1992 como sede olímpica. Aún recordamos la emoción en su voz cuando la proclamó ganadora con la frase “à la ville de…Barcelona”, trayendo por primera vez los Juegos a nuestro país (minuto 2:30 del vídeo).
Por eso, y por muchas cosas, desde base: queremos unirnos con este homenaje a toda la gente que hoy lamenta que se nos haya ido. Le echaremos de menos.