Cuando esquiamos, una de las partes del cuerpo que más trabajamos son las piernas, de modo que, es en las extremidades inferiores donde se producen el 40% de las lesiones. El 60% restante, se reparte en un 30% en los hombres y brazos y un 30% en la cabeza, cara y tronco. Como ves, todo el cuerpo está bastante expuesto a sufrir lesiones por eso los expertos recomiendan que no nos confiemos demasiado (siempre, como en todo, hay que tenerle respeto).
Los cuatro ligamentos que se encargan de estabilizar la rodilla son los que por regla general sufren más lesiones, en concreto el cruzado anterior. Es frecuente hacerse esta lesión en giros o cambios de dirección bruscos. Es posible que si sufres esta lesión, sientas como chasquido en la rodilla.
La rotura del ligamiento cruzado anterior y del ligamento medio colateral, también son muy frecuentes. Para evitar las típicas lesiones de rodilla, recomendamos es intentar poner los brazos hacia delante, juntar los esquís e intentar mantener las manos encima de estos.
Los tobillos son una zona muy delicada y sensible a sufrir esguinces y luxaciones. Incluso, sufrir lesiones en los pulgares es algo muy común entre esquiadores, debido a una mala posición en la cinta de los bastones
Las lesiones en los hombros se producen sobre todo en caídas en las que rodamos varias veces, las cuales pueden provocar que se disloquen o se lesionen muscularmente.
Lo importante, ante todo, es calentar bien, ya que es una forma de evitar lesionarnos fácilmente.