Conocido como esquí Nórdico, originariamente se practicaba con raquetas que aumentaban la superficie de apoyo para poder caminar sobre la nieve. Es un deporte en el que nos deslizarnos por la nieve, por caminos, bosques, en superficies con poca pendiente, explanadas, en espacios naturales con poca aglomeración.
Una modalidad de esquí en la que se ejercita todo el cuerpo, impulsándonos con brazos y piernas, cuya equipación y vestimenta más adecuada es a capas del tipo montañero y sobre todo que permita la transpiración.
Según Antonio Pardo Andrade, participante en los Mundiales de Esquí de fondo para discapacitados en 2001 y en 2002, “es un deporte que se aconseja para todas las edades, desde infantil a cualquier edad”.
Antonio Pardo tiene una discapacidad física del lado derecho y empezó a esquiar a nivel de competición en el 94. Ha participado, en la modalidad para discapacitados, en varios campeonatos de esquí de fondo de Cataluña, campeonatos de España, campeonatos internacionales en Italia y Estonia, y en los Mundiales. Su consejo es “hacer poco a poco”, él sabe que se trata de un deporte donde lo importante es la constancia.
“Como es un deporte de fondo lo que tienes que tener es una base y luego ir haciendo poco a poco y más que nada ir haciendo resistencia. Se puede empezar desde cero, con las pistas verdes que es todo plano y luego subir de categoría que depende de las subidas y bajadas del terreno”
Un deporte que a él le ha proporcionado muchas alegrías “Es una manera de comunicación con la naturaleza. Yo he disfrutado de estar por las pistas solo, simplemente escuchando el zig-zag de mis esquís y los pájaros y eso es un placer. “
Así que ya sabéis sólo se trata de ponerse a ello y ¡esquiar!