La natación sincronizada es una disciplina que combina natación, gimnasia y danza. Los nadadores realizan coreografías impresionantes dentro y fuera del agua y, por supuesto, al ritmo de la música, que se escucha debajo del agua gracias a unas bocinas subacuáticas. Si no fuera así, los nadadores podrían perderse.
Hacer natación sincronizada requiere de grandes habilidades acuáticas, además de resistencia física y flexibilidad, ya que los nadadores que danzan en el agua no tocan el suelo de la piscina en ningún momento. Incluso los saltos que realizan (que pueden llegar a sacarles del agua casi enteros) los hacen a pulso. Increíble, ¿verdad?
Aunque actualmente es un deporte principalmente femenino, hasta el punto de que los Juegos Olímpicos y en los Campeonatos del Mundo no están abiertos a los hombres, no fue así en sus inicios. La natación sincronizada, que nació en Canadá en 1920 y que poco a poco se fue extendiendo, primero por América y luego por el resto del mundo, era un deporte solo de hombres. No obstante, por el tipo de deporte del que se trata y que en sus inicios se conocía como ballet acuático, se popularizó rápidamente entre las mujeres, hasta que estas han cogido el mando de la natación sincronizada.
La verdad es que la natación sincronizada es uno de los deportes más bonitos de ver, no solo por los trajes y la forma en que maquillan a las participantes, sino por el gran sentido de coordinación que tienen sus participantes a la hora de hacer sus demostraciones acrobáticas.
Para acabar, cabe destacar que España se ha clasificado este fin de semana tercera para la final de sincronizada técnica por equipos, y que es uno de los deportes en los que tradicionalmente llevamos el liderazgo, junto a Japón y Rusia.