Cuando te gusta un deporte, a veces sientes la necesidad de conocer la experiencia de otra gente. Hace unas semanas os hablábamos de un libro escrito por un corredor popular, ¿os apetece descubrir el mundo de un profesional?
No la vida de una inalcanzable estrella, sino un hombre que consiguió grandes logros en pruebas de fondo y que corría de una forma tan rara que le llamaban “la Locomotora Humana”. Hablamos de Émil Zátopek, y de la novela sobre su vida que ha escrito Jean Echenoz, Correr (140 páginas).
Es la historia de una persona que empezó corriendo sin ganas, al salir de la fábrica en la que trabajaba, y acabó ganando premios, cayendo en desgracia para su país y conquistando el corazón de un país. No es alguien que naciera para el running, sino alguien que se fue enamorando poco a poco, como probablemente le haya pasado a muchos de vosotros.
Gracias a su esfuerzo y dedicación, Émil logró récords en maratón, 10.000 y 5.000 metros. Su forma de correr y la expresión de sufrimiento que ponía al hacerlo le hicieron famoso entre el público, su ritmo constante y su increíble resistencia se ganaron la admiración de todo el mundo.
El libro no se limita a contar sus éxitos: en forma de novela, explica por qué corría, qué sentía y qué le impulsaba a seguir adelante. Una motivación extra para aquellos que empiezan o para los que llevan mucho tiempo con el running pero han perdido las metas. Para ejemplo, este fragmento:
Hay corredores que parecen volar, otros bailar, otros desfilar, otros parecen avanzar como sentados sobre las piernas. Algunos dan tan sólo la impresión de ir lo más rápido posible a donde acaban de llamarlos. Emil, nada de todo eso.
Emil parece que se encoja y desencoja como si cavara, como en trance. Lejos de los cánones académicos y de cualquier prurito de elegancia, Emil avanza de manera pesada, discontinua, torturada, a intermitencias.
Un libro breve y más que recomendable para disfrutar ahora que llega el frío. Émil corría con temperaturas tan bajas como éstas… ¡o más!