Una vía ferrata es un deporte intenso y que entraña ciertos riesgos, apto para los más aventureros. Consiste en recorrer montañas (tanto en vertical, como horizontal)  moviéndose a través de ella con tirolinas, puentes colgantes, pasamanos, etc; para poder llegar de manera segura a las zonas de difícil acceso.

Para practicarlo es necesario tener muy claro que siempre uno de los dos mosquetones que se llevan debe ir anclado y quedar bien cerrado, ya que en caso de que uno de los mosquetones fallara es lo que permitiría que no cayéramos al vacío.

Otra recomendación importante es que nunca deben ir dos personas ancladas en el mismo tramo de cable, hay que esperar a que uno pase para pasar el siguiente.

Es muy importante en este deporte no tener prisa e ir bien equipado con todo el material:

• Casco: para evitar daños si nos caemos o si nos caen piedras desde arriba
• Arnés: es preferible uno que se adapte, porque así nos facilitará su colocación
• Tercera baga: no es algo imprescindible pero siempre nos dará una mayor seguridad
• Ocho y cuerda: para regresar rapelando, en pasos difíciles y para asegurar ferrateros indecisos
• Guantes: para evitar rozaduras con las grapas de hierro que hay clavadas en las rocas o roces y quemaduras al deslizarse por cables colgantes
• Calzado: sobretodo muy cómodo, son suela gruesa y que se adhiera bien al suelo, para evitar resbalones

Este deporte se puede practicar en terrenos variados y puede resultar muy emocionante y distraído con las vistas que se aprecian cuando se van terminando los distintos tramos y cumpliendo las etapas.