Jorge Lorenzo. “Vuelvo a Assen”
Jorge Lorenzo, campeón en título, llegaba al Gran Premio de Holanda 2013 en segundo lugar de la clasificación general del mundial de MotoGP. Tres victorias, dos podios, un quinto y un séptimo puesto no habían sido suficientes para alcanzar a un Dani Pedrosa que lideraba la clasificación con nueve puntos de ventaja sobre el balear después de siete carreras disputadas. Catorce puntos por detrás, el debutante en la categoría reina Marc Márquez esperaba su oportunidad con todo el desparpajo del mundo. Tres españoles liderando el mundial. Apenas 23 puntos entre ellos, menos de una cerrera. Lorenzo y su Yamaha M1 oficial contra la todopoderosa armada Honda HRC de Pedrosa y Márquez. Momento de tomar riesgos, de marcar territorio.
Caída a 224 Km/h.
Pero los riesgos suelen ser caprichosos y Lorenzo eligió un mal día para tentarlos. En entrenos, con el asfalto mojado, el rápido y muy técnico circuito de Assen se convirtió rápidamente en una pista en la que mantener el equilibrio sobre motos de 240 cv y apenas 160 kilos suponía una heroicidad. Por muchos neumáticos de lluvia que montaran. Y llegó la caída. El balear perdió el control de su M1. Durante exactamente 0,220 segundos forcejeó con la máquina antes de salir disparado por orejas en un vuelo interminable de 0,605 segundos más. Cayó sobre su hombro izquierdo y se fracturó la clavícula. Iba a 224 km/h.
El equipo de Lorenzo prefirió viajar a Barcelona para operarlo. Lo trasladaron en avión privado hasta el Hospital General de Catalunya, donde le esperaban las manos del doctor Joaquín Rodríguez. A las dos de la madrugada del viernes entraba en el quirófano. A pesar de tener una fractura limpia, la intervención no terminó hasta dos horas más tarde, después de que tuvieran que colocarle una placa de titanio y ocho clavos para fijarle el hueso.
El mundial se le ponía cuesta arriba. Aunque restaban aun muchas carreras por disputar, Pedrosa y Márquez se habían mostrado muy regulares hasta entonces, y un Valentino Rossi muy motivado que regresaba al equipo Yamaha como compañero de Lorenzo, después de su decepcionante periplo con Ducati. Demasiados gallos, todos con la guadaña afilada, al acecho. Aquella noche en el hospital, el balear debió dormir poco, o nada. El cuerpo molido por la espeluznante caída y las heridas frescas de la operación no debieron ser los mejores compañeros de sueño. Pero cuando despertó entre sábanas blancas cogió el móvil y tuiteó un escueto: «Vuelvo a Assen».
Una carrera sobresaliente
Renqueante, dolorido por los cuatro costados, con una movilidad reducida y el riesgo de una recaída que podía tener consecuencias amargas, Lorenzo volvió, 30 horas después de la operación. Partió en carrera en la 12ª posición que había conseguido en los entrenos oficiales antes del accidente. Terminar la prueba en aquellas condiciones hubiera supuesto una hombrada de las que pasan directamente a las vitrinas de las hemerotecas. Pero el de Yamaha, con dos títulos mundiales en la clase reina de motociclismo de velocidad, estaba acostumbrado a bregar duro con los Rossi, Stoner y compañía. Y no se conformó. En carrera, determinado a conseguir el mayor número de puntos posibles, dio buena cuenta de Nicky Hayden, Randy de Puniet, Bradley Smith, Andrea Dovizioso, Aleix Espargaró, Álvaro Bautista y Stefan Bradl, finalizando en un sobresaliente quinto lugar, solo por detrás de Rossi, Márquez, Cal Crutchlow y Pedrosa.
«En Assen 2013 hice la mayor burrada que creo que se ha hecho en la historia del motociclismo». Jorge Lorenzo
Años más tarde, en el documental que DAZN dedicó a su trayectoria, Lorenzo aseguró: «No tengo muchas caídas, no me suelo caer mucho, pero las que tengo son de las grandes. En Assen 2013 hice la mayor burrada que creo que se ha hecho en la historia del motociclismo».