Los equipos tienen grandes plantillas como para afrontar los encuentros de una larga temporada. Tienen sus titulares, sus suplentes y sus reservas. La plantilla se entrena, se conoce y se ayuda para que todos consigan sus objetivos.
En las portadas estarán siempre los goleadores, creadores de juego, grandes porteros o defensas seguros y constantes. Jornada a jornada los titulares son espectaculares, pero dentro del vestuario juegan un papel determinante otro tipo de aptitudes.
Sobre el campo son 11, pero en el vestuario hay jugadores sin muchos minutos, que atraviesan lesiones o cuyo estado en forma no es el mejor y aún así cuentan para el equipo.
El FC Barcelona vivió su temporada de gloria el año pasado, pero Gabi Milito estaba sufriendo una grave lesión. Sus ganas de recuperarse, superar su lesión y de estar de nuevo en forma fueron un ejemplo y un catalizador para todo el vestuario.
Guti en el Real Madrid siempre ha sido un jugador ambivalente, con su mejor cara y con otra menos agradable, pero su peso en el vestuario es determinante. Su manejo del balón está dando al Madrid un juego que le permite a su delantera ser la más goleadora. Un jugador de carácter que le da al Madrid su mejor versión.
Al Deportivo de la Coruña la baja de Luís Felipe tras marcar un decisivo gol y lesionarse gravemente, le supuso un duro golpe. Pero su presencia en el vestuario sigue allí, bajo el apoyo de todos y un ejemplo para los demás.
Otro ejemplo está en Almería, un equipo que se aleja firmemente del descenso y que con Juan Manuel Lillo ha cambiado de imagen. Detrás, encontramos al veterano portero Esteban, que aunque no juega es el alma del equipo, motiva a sus compañeros, hace de portavoz (Carta a La Voz) y es muy respetado.
A veces, para marcar la diferencia no sólo se juega en el campo, y los equipos cuentan con aquellos jugadores maduros y que transmiten respeto al vestuario.