Cuando pensamos en atletismo automáticamente visualizamos carreras en una pista con los carriles perfectamente marcados. Pero el deporte más antiguo de la historia es mucho más que eso. Ya os hemos hablado de su historia en dos partes, pero ¿y de las pruebas que lo forman? Os lo contamos muy resumido, para que estéis al día de las conversaciones sobre el Europeo de Atletismo.
Grosso modo, el atletismo se divide en las pruebas que se realizan dentro del estadio (sea a cubierto o al aire libre) y las que se hacen fuera. Dentro de las que se hacen en el estadio tenemos cuatro tipos: carreras, saltos, lanzamientos y pruebas combinadas.
Las carreras pueden ser de velocidad, que con un máximo de 400m son las pruebas estrella de las competiciones; de media distancia; de vallas (que fueron unas de las últimas en incorporarse, inspiradas en la hípica) y de relevos.
Los saltos se dividen en salto con pértiga, salto de longitud, triple salto (en el que, como su propio nombre indica, el atleta encadena tres saltos seguidos) y de altura.
Los lanzamientos son realmente espectaculares vistos en directo: pueden ser de peso (7,257 kg para hombres, 4 para mujeres), de jabalina o de disco, la prueba preferida por los antiguos griegos.
Las pruebas combinadas, por su parte, son el decatlón (4 carreras, 3 saltos y 3 lanzamientos), el pentatlón y el heptatlón.
Fuera del estadio encontramos la otra estrella de la competición: la maratón. Esta prueba tiene mucha leyenda detrás: el primero en correrla fue un héroe griego para evitar una tragedia, y su distancia exacta la decidió la monarquía británica. Su compañera, la marcha atlética, es más lenta y puede llegar a los 50 km
Si vivís por Barcelona ya os habréis cruzado con alguna carrera. ¿Qué os pareció?