Nadie puede negar la devoción por aquellos deportes que se escapan un poco de las reglas. Quizás hemos puesto unas reglas demasiado convencionales o quizás nos gusta poner nuestras propias reglas, pero nosotros acabamos rompiéndolas.
Si la devoción por el deporte es una norma generalizada, o debería serlo; inventarse nuevas disciplinas también. Hemos comentado que existen ciertos deportes alternativos como el Chessboxing o el Discgolf o el Korfbal que realmente tienen aficionados detrás. Pero a todos nos llegan más inventos curiosos y también divertidos, como el Home Bouldering y el Urban Wave Dodging.
Debemos descartar disciplinas como el Panching, el Tumbing o el Sofing, que se han extendido demasiado, sobre todo los domingos, como lo han hecho practicas como el Screening, los que estáis todo el día delante de la pantalla de ordenador, o el Blackberring, para los que os conectáis por la calle.
Hay variantes de deportes que, sin ser oficiales, tienen bastante difusión. Más allá del baloncesto todos hemos jugado a «triples», intentando evitar quedar eliminados por el triple del siguiente lanzador, como todos hemos jugado un «rápido» en fútbol, chutando y parando penaltis.
También están las míticas y tradicionales carreras de sacos, con la especial dificultad de llegar entero a la meta, y por supuesto «tira y afloja« que no lo podíamos descuidar. Si añadimos el hula-hoop, saltar a cuerda, o competiciones de peonzas, tazos, y juegos de eliminar al contrario podemos organizar nuestras propias Olimpíadas Alternativas.
Por cierto, ¿Dónde celebramos la primera edición?