Dicen que el tempo es el ritmo cardíaco de la música. ¿Sabías que con ella puedes mejorar los resultados de tus sesiones de running? Sólo tienes que enchufar tus cascos en el MP3, darle al play y echar a correr.
Hay estudios que demuestran que si un atleta o deportista que está realizando un esfuerzo importante escucha música animada, puede estimularle. En octubre del 2008, un profesor londinense lo experimentó y el resultado fue que la resistencia de los corredores aumenta el 15% al escuchar música pop rock.
Como el corazón, cada canción tiene su pulso. El ritmo cardíaco de una persona normal en reposo es de entre 60 y 80 latidos por minuto. El corazón de la música, en lugar de latidos, se mide con los BMP (del inglés, beat per minute). Son los que te marcan el paso. Si vas corriendo por la calle y vas escuchando una canción a 90 bpm, es probable que vayas más lento que escuchando una canción a 130 bpm. Para sincronizarse, el cuerpo adapta las zancadas con el ritmo de la música.
El auge del running en la Europa tuvo lugar en los años 70, cuando nació la llamada música disco. Puede que sea casualidad o puede que no, lo que sí es verdad es que el tempo medio de este estilo de música es de 120bpm, que es más o menos la frecuencia cardiaca del corazón en actividad. Igual se inspiró en ello para incitar al movimiento.
Además, hay programas en internet que te permiten marcar manualmente el bpm en cada canción o escoger una canción en función de su BPM como el BPM Widged
Es inevitable pensar que entre música y cuerpo hay una conexión muy grande y, por eso, cada uno prefiere un estilo de música distinto.
¿Cuál es tu estilo favorito para correr?