Hoy a las 20:30 La Roja juega un reto histórico, su primera semifinal en un Mundial. Después de años y años empezando muy bien y quedándonos con las ganas, esta vez estamos dándolo todo y a un paso de la gloria. Pero el obstáculo para dar ese paso no es otra que la imparable Alemania, que no nos dejará bajar el listón.
Tres veces campeones del mundo, los alemanes llegaron “tocados” al Mundial, afectados por la plaga de lesiones. Su capitán, el portero, un centrocampista…se han perdido el torneo. Sin embargo, aún cuentan con gente como Mirlosav Klose, un delantero implacable y el tercer mejor goleador de todos los tiempos, con la friolera de 52 goles en la selección.
Estadísticamente, ambos equipos han estado más bien igualados en sus enfrentamientos. Es cierto que en la final de la Eurocopa de 2008 les ganamos, pero el actual equipo germano tiene poco o nada que ver con el de hace dos años: desde que empezó el Mundial han desplegado un juego combinatorio que ha aplastado hasta a los más grandes. Han ganado de largo a Argentina e Inglaterra, y son la única selección de las 4 primeras del anterior Mundial que sigue jugando.
Su estilo de juego se crece en el contraataque, lo que les da ventaja sobre una selección española acostumbrada a la posesión. Sabiendo que lo nuestro suele ser atacar y que sólo jugamos realmente bien, dándolo todo y sin agobios, cuando el marcador está a nuestro favor, la única cosa que nos puede dar el partido es marcar primero, antes de que les dé tiempo a organizar una contra.
Una cosa está clara: esta tarde hay que dejarse la piel en el césped. Porque habiendo llegado tan lejos, no nos vamos a parar por el muro alemán.
Y vosotros, ¿creéis que podremos?