De acuerdo; estás cansado y hoy no toca hacer nada. Tienes el mando del televisor en la mano y sientes el control. Pero, ¡un momento! Recuerda que el tiempo es limitado y depende de ti cómo lo inviertes para sacarle el mayor provecho. Con el mando controlas los canales, pero si te levantas del sofá, la cama o donde quiera que estés, puedes controlar algo más que un aparato de entretenimiento.
De pronto, saliendo a la calle, un mundo se planta ante tus pies para darte nuevas emociones. Por delante aparece la pasión que representa conocer gente, tener buenas conversaciones, hacer deporte, plantearte metas… ¡No puedes perdértelo! Salir de casa te permite sentirte más vivo y disfrutar de muchas otras cosas.
A todos nos gusta echarnos un rato. Tumbarnos, descansar y evadirnos viendo la televisión, no es nada malo. A veces estamos muy a gusto compartiendo el tiempo con quienes más queremos, mientras la vemos. Podemos ver una buena película, un reportaje, o algo que nos revitalice por dentro. Informarnos, ver nuevas historias, un buen relato, una imagen que nos llene… vale la pena, y no debemos perder la oportunidad de disfrutar y aprender de la pantalla.
Pero a veces, y lo sabemos, abusamos de esos ratos sin hacer nada. Pasamos tiempo viendo programas que no nos interesan, sin aportanos nada y luego echaremos en falta ese tiempo que ya ha pasado.
Ha llegado el momento de aprovechar tu tiempo al máximo. Es compatible ver la tele, divertirse y salir. Nacemos para ser libres, inquietos y dinámicos. Tenemos un tiempo al que sacarle partido.
Ahora te toca a ti hacer ese paso. Pregúntate si lo que ves es lo que realmente quieres y si es lo mejor que puedes hacer. Si dudas y te inquietas por dentro, levántate, llama a tus amigos, sal a hacer deporte… Lo que quieras, pero, ¡ponte en movimiento!