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Mitos y verdades de la digestión en el agua

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Raquel Moya, nuestra dietista de la tienda Nutridiet situada en la localidad barcelonesa de Mataró (Ronda Francesc Macià, 26B – 93.741.55.06/648.048.320), nos cuenta que lo que popularmente llamamos “corte de digestión” es en realidad, el síncope de hidrocución; y puede producirse independientemente del proceso de digestión.

Cuando digerimos una comida pesada sentimos que nos entra morriña y eso es porque la mayor parte del riego sanguíneo se va al estómago, ya que la digestión requiere mucha cantidad de oxígeno. Es por ello, que le llega menos sangre al cerebro y tenemos esa sensación.

En el momento que una persona que ha pasado mucho tiempo expuesta al sol, entra repentinamente en contacto con el agua fría mientras hace la digestión, se unen dos factores; la frecuencia cardíaca desciende bruscamente por el reflejo de inmersión que lleva la sangre hacia la piel para calentarla, y el cerebro recibe menos oxígeno, ya que  en ese momento tiene preferencia el aparato digestivo, puesto que se está dando la digestión.

Será por tanto un error llamarle “corte de digestión”, puesto que la digestión no se corta en ningún momento, ya que recibe sangre de manera preferente. En este caso, los grandes perjudicados son el cerebro y el corazón.

Es por tanto muy importante controlar la temperatura del agua, pero también lo será el dejar pasar entre 1 y 4 horas aproximadamente antes de meterse en el agua después de haber comido, el tiempo variará en función de lo copiosa que haya sido dicha comida.