Tristemente, el deporte no es sólo juego de equipo y espíritu deportivo. Aunque nos gustaría, la realidad es que tiene un lado oscuro que, por suerte, cada vez es menos poderoso. Es el caso de las mafias del fútbol, un negocio que mueve millones de euros y que ha inspirado el polémico libro de Declan Hill: Juego Sucio. Fútbol y crimen organizado.
Todo empezó con una tesis doctoral del autor, y se convirtió en un riguroso reportaje sobre cómo algunos hombres sin escrúpulos llegaron a manipular partidos del Mundial de 2006 como el Ghana-Brasil, el Italia-Ucrania o el Inglaterra-Ecuador. Va desde asesinatos hasta los problemas de las ligas asiáticas, sin dejarse un detalle.
Traducido a siete idiomas, este libro-denuncia ha tenido un efecto positivo: al exponer a la luz a los tramposos ha conseguido que más de cien implicados se sienten en los banquillos, y que se creara un departamento de anticorrupción en la UEFA.