Es fácil imaginar qué son las patrullas de esquí. Efectivamente, son los que se encargan de rescatar los esquiadores que se han quedado atrapados o se han perdido, además de que son los que proporcionan los primeros auxilios a los participantes de los deportes de nieve, en caso de que sea necesario. Así que es una medida preventiva, ante posibles situaciones inversas, la misma que puede ejercer un socorrista en una piscina o una playa.
Por regla general, los patrulleros están entrenados en soporte vital básico para estabilizar y trasladar a pacientes, a menudo, con las mismas capacidades que el personal de las ambulancias. No obstante, en lugar de ir con un automóvil, debido a que el terreno donde suelen trabajar es montañoso y nevado, el transporte que utilizan suele ser el trineo, la moto de nieve, el snowcat y también helicópteros.
Además de sus funciones como “socorristas”, también son los encargados de que las normas establecidas en las pistas de esquí se cumplan, así como preparar la nieve para que esta esté en perfecto estado para los esquiadores, antes de que las pistas abran para el público, y barrer la montaña cuando el día se acaba.
De esta forma, garantizan el uso correcto y el disfrute de la nieve tanto para las personas a las que les guste esquiar.