Hace poco saltó la noticia de que en España hay futbolistas que, como muchos otros españoles, están en paro. Una cara totalmente distinta del fútbol. Es cierto que este deporte de masas mueve muchos millones de euros -sobre todo en época de fichajes- pero también muchos de los formados o, mejor dicho, entrenados para ser profesionales del fútbol se han visto afectados por la crisis.
La situación económica que está sufriendo el país ha hecho cambiar un poco los períodos de fichajes. Ahora los clubs procuran no gastar desmesuradamente comprando futbolistas, sino más bien hacen lo contrario: venden a los suyos, los ceden o incluso facilitan su salida mediante la carta de libertad.
Ante esta situación y aprovechando que hoy se acaba el mercado de invierno, la AFE (Asociación de Futbolistas de España) ha promovido una interesante iniciativa: montar un campus para los futbolistas parados. Con una media de 27 años y con experiencia en Segunda División y algunos incluso en Primera, como Luque (que triunfó con el Atlético y el Málaga), han jugado partidos amistosos con distintos equipos, como el filial del Werder Bremen o el Hércules, para reengancharse al mercado y acabar con su situación de desempleo.
En estos partidos cada futbolista sabe que se juega un posible puesto, ya que en las gradas hay numerosos ojeadores de equipos que toman nota en estos amistosos, repletos de jugadores con talento y, sobre todo, con ganas de explotarlo.
Quizás sorprenda ver que los futbolistas, que normalmente asociamos con el lujo, también pueden verse al otro lado, luchando por volver a jugar. Pero lo que está claro es que no es momento de rendirse: es momento de aprovechar las oportunidades, por pequeñas que sean, e intentar salir adelante y demostrar que el fútbol no son sólo jóvenes estrellas.