El árbitro que se encarga de mediar un partido de waterpolo debe mirar que ninguno de los jugadores lleve las uñas largas y, si las lleva, puede obligarle a cortárselas para no dañar a sus compañeros. ¿Quieres conocer más cosas sobre este deporte en pocas palabras?
El waterpolo, como bien indica el nombre, es un deporte acuático, ya que se practica en una piscina, en la cual se enfrentan dos equipos de once jugadores, pero solo pueden estar en el agua seis y el portero. Los distintos equipos se distinguen entre sí por el color del gorro: los locales suelen llevarlo de color blanco y los visitantes de azul, y rojo los porteros.
El objetivo de este deporte es meter el mayor número de goles en la portería del contrario. Un partido se divide en cuatro tiempos de ocho minutos cada uno. Cada equipo tiene hasta un máximo de 30 segundos la posesión de la pelota para efectuar el lanzamiento a la portería.
El tamaño de la piscina en las competiciones suele tener entre 20 y 30 metros de ancho y entre 10 y 20 metros. La profundidad debe ser la suficiente para que los jugadores no toquen el suelo (entre 1,50 m. y 2,40 m.). El balón, redondo y muy hinchado para que flote bien, solo puede ser cogido con una mano, nunca con las dos.
Este deporte, que nació y se desarrolló en Gran Bretaña hace más de un siglo, se ha convertido en un deporte muy fuerte en Europa. Los practicantes de waterpolo también deben ser fuertes, por la enorme capacidad de resistencia que requiere estar sin tocar el suelo durante más de 30 minutos y aún así moverte y levantarte por encima del agua.
¿Alguna vez has practicado waterpolo? ¿Qué te ha parecido?