La mayoría de aficionados y comentaristas ponen sus ojos en los equipos que se disputan el título de liga o que encadenan buenas rachas. Pero la Liga BBVA está compuesta de 20 equipos y la mayoría de los enfrentamientos tienen como fin salvarse del descenso. Los retos en el fútbol pueden ser muy dispares pero el espíritu de superación es lo que marca realmente la diferencia.

No es nada nuevo ver como equipos con todos los números de caer al pozo se salvan enseñándonos que se lucha hasta el final. Sin embargo, también hemos visto como grandes equipos, clásicos de primera, descendían sin poder afrontar la competitividad de los pequeños.
La Liga Adelante (segunda división) tiene 22 equipos, y todos luchan para demostrar su valúa desde las categorías inferiores. Los históricos que descienden suelen recuperar en pocos años su categoría, pero ese objetivo no es un camino fácil y el nivel del fútbol base demuestra todo su potencial.

En la segunda división, hay solo un equipo filial, y es muy indicativo que sea el del Villareal. Del resto de equipos de esa división, 13 han estado en primera en los últimos años e incluso el Cartagena lidera la tabla sin ninguna derrota en 11 partidos, no habiendo estado nunca en la primera división. Todo un ejemplo de espíritu de superación.

La lucha por el ascenso y para salvarse del descenso es una gran lección deportiva. La entrega es enorme y cada jugador se esfuerza para dar el máximo rendimiento. La Segunda B también es un excelente escenario de superación y en conjunto, todas las categorías son una brillante muestra de esfuerzo y superación. Pero esta entrega viene de lejos y se consigue gracias a la formación y a la trayectoria en categorías inferiores. Todo un ejemplo de qué es la deportividad.