Quien más, quien menos, sabe cómo se juega al fútbol. Es lo que tiene ser un deporte tan popular. No obstante, seguro que pocos conocen sus orígenes. Las grandes civilizaciones empezaron a popularizar el deporte con pelota. Así, los aztecas, por ejemplo, se dice que practicaban el tlachtli, una mezcla entre tenis, fútbol y baloncesto en el que se prohibía el uso de las manos y los pies y el capitán del equipo derrotado era sacrificado.
Para el pueblo azteca, el tlachtli era una actividad de gran importancia y lo demuestra principalmente la localización del terreno de juego, normalmente situado en el terreno sagrado, ya que el juego tenía una finalidad religiosa. Además de ser un ritual, su importancia se ampliaba al el terreno político y el económico.
A diferencia del fútbol que todos conocemos, el tlachtli se jugaba con dos equipos de siete jugadores que se enfrentaban haciendo pases con la pelota, tocándola con la cadera o el antebrazo. Los goles se obtenían cuando la pelota golpeaba con una parte no autorizada del cuerpo o cuando se perdía. Meter un gol era algo excepcional, ya que la pelota tenía que pasar a través de un aro muy pequeño.
El juego lo practicaban guerreros, pues era muy peligroso por la velocidad y el peso de la pelota (3kg), aun así iban protegidos con un cinturón ancho y pesado de madera o cuero y las rodillas y caderas las llevaban cubiertas.
Actualmente, el tlachtli se practica en pocos lugares, como en el Estado de Nayarit y Sinaloa (México), pero no de forma tan violenta como en el pasado. No obstante, hay que ser atrevido para hacer este deporte, porque la pelota puede hacer daño igual, y hay que tener muy buena puntería para poder meterla en el aro. Si te dieran la oportunidad ¿te apetecería probarlo?