El clavado o salto es un deporte que comporta cierto riesgo ya que consiste en lanzarse al agua desde algún punto fijo (como una roca si estamos en el mar/río) o desde un punto vibrátil (como sería un trampolín en una piscina).
Esta disciplina se convirtió en Olímpica en 1904 (San Luís) y solo podían practicarlo los hombres. No fue hasta 1912 que se incorporó la presencia femenina en dicho deporte dotando los saltos de una gran belleza.
Estos saltos de trampolín se dividen en 6 grupos:
1. Hacia delante: frente al vacío y la rotación de la caída debe ser en la misma dirección
2. Hacia atrás: de espalda al vacío y la rotación de la caída debe ser en la misma dirección.
3. Inverso: de frente al vacío y la rotación de caída debe ser hacia el trampolín o la plataforma, a este tipo de salto se le llama también Holandés.
4. Hacia dentro: de espalda al vacío y la rotación de caída debe ser hacia el trampolín o la plataforma.
5. Con tirabuzón: cualquiera de los grupos anteriores que incluya giros sobre el eje cabeza-pies del saltador excepto los de manos, a estos saltos se les llama también piruetas o saltos con giros.
6. Desde equilibrio de manos: cualquiera de los grupos anteriores con la particularidad de que el saltador estará, antes de saltar, apoyado sobre sus manos.
Los clavados sincronizados debutaron en 1995 y fueron aceptados como disciplina olímpica en los Juegos Olímpicos de Sydney (2000).