El ejercicio no es sólo un juego, es el instrumento más eficaz para mantener un buen estado de salud. Prevenir es el mejor tratamiento sanitario y los entrenamientos, incluso en el trabajo, son fundamentales para prevenir problemas.

Los trabajos de oficina cuentan con un movimiento mínimo pero con más problemas por malas costumbres. Los accidentes no son habituales pero, a la larga, surgen molestias que afectan nuestra salud, por eso hay que combatirlos con ejercicio, entrenamiento y buenos hábitos.
En la oficina debemos contar con suficiente espacio para movernos y desplazarnos, pero también lugares donde descansar y ejercitarnos. Aunque parezca raro, en la oficina se deben dedicar algunos minutos a hacer ejercicio.

Puede sorprendernos pero liberando energía, quemando calorías y aliviando nuestro estrés trabajaremos mejor y nuestra salud lo notará. Contamos con ejercicios de estiramiento de piernas y brazos. También con movimientos circulares de tobillos, cadera, muñecas y cabeza.

Los movimientos dinámicos evitan contracturas y fatiga. Además podemos mover los brazos para agilizar los hombros, cambiar de posturas cuando estamos sentados o levantarnos cuando podamos y andar para mover las piernas.

No debemos dudar en sentarnos bien, con la espalda erguida y hacernos pequeños masajes en los riñones, en las cervicales o en las costillas. Con una actitud activa y dedicando algunos minutos a nuestro cuidado podemos hacer milagros con nuestro cuerpo.