Después de un largo día en la nieve, practicando deporte o pasando el día en buena compañía, llega el momento de llegar a casa. Allí nos acurrucamos cómodamente y empezamos a sentir el rico calor, desde los dedos de los pies a la cabeza, lo que contrasta con el frío que hemos pasado durante el día, a temperaturas bajo cero.
Lo ideal para entrar en calor rápidamente, si tenemos el frío metido dentro del cuerpo, como suele decirse, es cambiarnos de ropa, sobre todo los calcetines. ¿Por qué? Principalmente porque los pies tienden a sudar y a humedecerse, con lo que es mejor cambiar los calcetines que llevábamos por unos de secos. Esto también ayudará a que se caliente, en caso de que los tengamos fríos, que será lo más probable, ya que las primeras partes en enfriarse son las extremidades.
Tomarse algo caliente, como una sopa, un caldito de pescado, una taza de chocolate caliente también ayuda, ya que al calentarse nuestro interior provoca que nuestra temperatura corporal suba y juntado con el calor de esa habitación y al encontrarnos en una habitación caliente, nos adecuamos a una temperatura agradable.
Pero haz que tu cuerpo se merezca esa sensación de bienestar. Practica deporte durante el día, que también es una buena manera de entrar en calor en medio de la nieve, y, por la noche, disfruta del calor de un agradable hogar.