El Camino de Santiago surge de la peregrinación hecha durante siglos al sepulcro del Apóstol. La localización de la Catedral, donde éste se encuentra, está en la ciudad gallega que lleva el mismo nombre: Santiago de Compostela, convertida en un lugar de culto.

El Cabo de “Finisterre” o la tierra final es también el último punto de la Europa Occidental antes del Océano Atlántico. La imagen mitológica del lugar es espectacular, capaz de hacer volar la imaginación y las creencias de cualquiera.

Desde el siglo IX d.C., la leyenda y los milagros entorno al Apóstol Santiago no han hecho nada más que crecer. Santiago y su Caballo Blanco se han convertido un símbolo Europeo.
La peregrinación ha evolucionado, convirtiéndose en un referente del cristianismo entorno al siglo XII, pero también cayó en decadencia por la peste y las divisiones cristianas en el XIV y XVI. Recuperó afluencia por la restauración ilustrada de caminos aunque sería cuestionada nuevamente durante la Revolución Industrial.

A finales de siglo XX se recuperó la peregrinación por su trascendencia cultural e histórica. La promoción del Camino Santiago a través de los años Xacobeo de 1982, 1993, 1999 y 2004 revitalizaron y dieron a conocer más y mejor el Camino de Santiago. Así mismo el papado visitó en 1982 y 1989 la Catedral y las administraciones locales y autonómicas hicieron hincapié en los proyectos de revalorización y reconocimiento de este fenómeno tan profundo.

Desde el Año Xacobeo 1993 la mezcla entre religiosidad con el reto deportivo, la superación personal y la conexión con el entorno cultural y natural han potenciado el auto-descubrimiento personal y el resurgimiento de este desafío.

Hoy en día la peregrinación a Santiago parece recobrar el esplendor de antaño, y en 1985 la UNESCO declaró la ruta xacobea como Patrimonio Universal de la Humanidad.