Hoy toca echar la vista atrás. Si preguntamos cuándo empezó el deporte, en general, muchos hablarán de las primeras civilizaciones, o de las Olimpiadas en Grecia. Pero la mayoría de esas actividades deportivas estaban reservadas a hombres, ¿cuándo y cómo empezó el deporte femenino?

En las Olimpiadas de la antigua Grecia las mujeres podían participar sólo como espectadoras, y sólo si estaban solteras, bajo pena de muerte. La moral de la época no podía permitir que una mujer casada viera a los deportistas desnudos…

La única excepción eran los poco conocidos Juegos Hereos, organizados en la ciudad de Argos en honor a la diosa Hera. Eran más bien un concurso deportivo, menos importante que las Olimpiadas en sí mismas.

Si vamos más adelante hay pruebas de torneos de fútbol femenino en el S. XIX, pero a la sombra de competiciones masculinas. De hecho, cuando los partidos femeninos empezaron a acaparar demasiados espectadores, se prohibieron.

En 1900 los JJOO modernos empezaron a aceptar mujeres, en parte como maniobra de marketing y oponiéndose a la opinión pública, que lo consideraba “antiestético e inadecuado”.  En concreto, participaron 6 mujeres en las categorías de tenis y golf, en las que había inscritos más de mil hombres.

A partir de ahí el deporte femenino se institucionaliza. Concretamente, en 1917 se funda la Federación Internacional Deportiva Femenina y en 1930 se lanzan los Juegos Mundiales Femeninos. Fueron perdiendo peso hasta desaparecer a medida que las instituciones más importantes, tradicionalmente masculinas, se convertían en mixtas.

Y tú, ¿has visto algo de deporte femenino últimamente?