Michael Oher (Quinton Aaron) es un adolescente que siempre ha dependido de asistentes sociales para vivir, ya que su madre drogadicta y su padre ausente no se preocupan por él. Consigue entrar en un instituto gracias a que su físico le hace ideal para jugar como línea en fútbol americano, pero no entiende las reglas y no sabe jugar, por lo que el equipo le deja de lado. Lo único que puede hacer es jugar con los niños más pequeños, y así se hace amigo de S.J. Tuohy (Jae Head).
La madre de S.J., Leigh Anne (Sandra Bullock) descubre que el enorme amigo de su hijo no tiene casa en la que vivir, así que le invita a quedarse temporalmente en la suya. Investigando en el instituto, descubre que las notas de Michael son pésimas y que su única habilidad es “un fuerte instinto protector”. Sin saber bien cómo, empieza a querer cambiar la vida de ese chico grande y torpe.
Sólo queda la duda de si Leigh Anne será capaz de vencer los prejuicios de la gente que dice que no es normal que ella “meta las narices”, mientras intenta encontrar una forma de aprovechar las habilidades de Michael para hacer que consiga algo bueno por primera vez en su vida.
El fútbol americano es un deporte estadounidense, pero nos sirve como metáfora. Baloncesto, fútbol, ciclismo…todos los deportes sirven para unirnos, enseñarnos a esforzarnos y trabajar en equipo, y eso es lo que los hace tan grandes. Lo que nos hace únicos.