Ayer por la noche, en Plaza España, pudimos disfrutar de una fascinante ceremonia inaugural en la Font Màgica, llena de luz, color y agua, sobre todo mucha agua. El desfile estaba integrado en el propio espectáculo, con lo que vimos pasar a Chema Martínez, el abanderado español, entre destellos de los focos y el sonido del “Himno para Europa”, de Nacho Cano. Una pena que el espectáculo no estuviera preparado para toda la gente que fue a verlo, aunque los fuegos artificiales compensaron cualquier pequeña molestia.
Hoy, un día después, ha arrancado la competición. Y resulta sorprendente el contraste entre las caras de alegría y timidez que se veían ayer alrededor de la fuente y las caras de determinación y esfuerzo que se ven hoy. Las primeras pruebas han sido duras: 20 km de marcha masculina, lanzamiento de martillo, salto de longitud, etcétera.
Impresiona, sobre todo, ver la seriedad con la que el atleta se coloca en la posición de salida, sujeta la jabalina y se enfrenta a la multitud que le mira, deseando ganar la medalla, batir un récord y hacer historia. Esa decisión de darlo todo y no distraerse hasta alcanzar la meta que se ha propuesto.
Resulta más que acertado el slogan de esta edición: de lejos, todo parece más fácil. Es al verles competir, al notar como sufren con cada mal paso y se alegran con cada pequeño éxito, cuando uno se da cuenta de lo difícil que es ser atleta, y lo maravilloso que es conseguir lo que te propones.
A lo largo de la semana os iremos comentando cómo avanza la competición y las distintas puebas. También tenéis la página de Facebook del campeonato, pero si vivís cerca de Barcelona, intentad ir al estadio. Realmente merece la pena vivir el deporte más antiguo de la humanidad en directo.